jueves, 18 de diciembre de 2014

Yoga y linfedema



Cuando te enteras de que tienes cáncer de mama todas tus energías se enfocan en  tu tratamiento y en derrotar a la enfermedad, sin embargo, es necesario que también busques herramientas para enfrentar el estrés, ansiedad, depresión, insomnio y fatiga que esta batalla trae consigo.

Estudios recientes sugieren que el yoga puede ser una de estas herramientas, ya que ayuda  a disminuir estos síntomas y a mejorar tu calidad de vida. Además de disminuir el dolor en general, algunas mujeres han reportado menos bochornos y una mejora de la flexibilidad y la fuerza. Sin embargo, no debes empezar una rutina de yoga sin antes preguntar a tu médico especialista, sobre todo por el riesgo de padecer linfedema (lee la entrada del blog en septiembre: "Cuidados para prevenir el linfedema").

Antes de practicar yoga, estas son algunas consideraciones que debes tomar en cuenta para reducir tu riesgo de padecer linfedema:


  • Debes comenzar tu programa de yoga muy lentamente.
  • Busca un instructor que haya trabajado con pacientes con cáncer de mama.
  • No practiques posturas  que impliquen soportar mucho peso sobre los brazos o donde mantengas los brazos por arriba de los hombros más de 20 segundos.
  • Trata de apoyarte en la pared.
  • Presta mucha atención a las áreas donde fueron removidos los nódulos linfáticos o las áreas que recibieron radiación, si estos lugares se sienten inflamados,  adoloridos  o con hormigueo, suspende el ejercicio y acude con tu médico.
  • No practiques yoga en un cuarto muy caliente.
  • Modificar las posturas o descansar en cuanto sientas que tu brazo está cansado.



Fuente: Johns Hopkins Hospital




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